Las organizaciones educativas se están fijando en la tecnología inalámbrica para adaptar sus servicios a los desafíos de hoy en día, entre los que destacan la adaptación a los dispositivos móviles y la ciberseguridad.

 

Cumplir con las expectativas de los estudiantes

En la educación, más que en cualquier otro campo, se trabaja con una generación digital. Los estudiantes saben mucho de tecnología y se desenvuelven perfectamente con prácticamente cualquier dispositivo. Además, quieren poder conectarse en cualquier lugar. Para responder a esta demanda de una movilidad constante, es necesaria una red inalámbrica que tenga la velocidad, la capacidad y la fiabilidad para manejar distintos dispositivos y tecnologías.

 

Libros de texto digitales y multimedia

Los materiales educativos para el aula y para casa se están convirtiendo en libros inmersivos, con compartición colaborativa en tiempo real.

 

BYOD (Traiga su propio dispositivo)

Si anteriormente cada estudiante en las aulas tenía un dispositivo de media, ahora la relación es de muchos dispositivos por alumno. Por lo general, los universitarios poseen más de tres dispositivos: una videoconsola, un smartphone, un portátil, etc.

 

Formación combinada

Mientras que antes se estudiaba en clase y en casa, ahora los alumnos están en constante aprendizaje y adquieren la mayoría de conocimientos fuera de las aulas.

 

Planes de estudios personalizados

Permiten diferenciar el proceso de aprendizaje mediante los análisis y con la ayuda de la inteligencia artificial.

 

Aprender jugando

Los juegos amenizan el estudio, y esto se está llevando al mundo de la realidad virtual. La situación en la universidad es similar, pero las expectativas de los estudiantes son mayores. Quieren conectividad en todo momento, tanto para potenciar el aprendizaje como vivir el día a día.

Les atraen los entornos que puedan compartir a través de las redes sociales y en los que puedan interactuar con los vecinos y participar en distintos grupos, para vivir una experiencia que vaya más allá del campus universitario.

Para lograr esto, es necesario que puedan conectarse en cualquier lugar el campus, desde las aulas hasta las instalaciones deportivas.

Estas tendencias en el sector de la educación requieren un gran ancho de banda, para lo cual es necesario un Wi-Fi de alto rendimiento al precio más bajo posible. Desarrollar los sistemas antiguos solo se traduce en un peor rendimiento. Lo que hace falta es una mejor tecnología Wi-Fi.

 

Ponerse al día con la tecnología educativa

¿Cómo se puede adoptar la nueva tecnología educativa, al mismo tiempo que la red se mantiene segura y la puede gestionar un número limitado de personas?

  •        Profesores: Quieren mejorar el aprendizaje con tecnología para el aula que resulte fácil de usar con una mínima formación, así como aumentar la implicación y el éxito de los estudiantes.
  •        Gestores: Buscan operaciones más sencillas y económicas que cumplan con la normativa y proporcionen un entorno más seguro para el personal y los estudiantes.
  •        Equipos de TI: Quieren facilitar una tecnología educativa más fácil de gestionar, más rentable, fiable y segura.
  •        Líderes en el sector de la educación: Buscan el elemento tecnológico diferenciador que dé paso a la excelencia educativa, que promueva un auténtico aprendizaje digital y que maximice el presupuesto.

 

Minimizar las amenazas a la ciberseguridad

El auge de los dispositivos móviles e IoT hace que las redes de los centros educativos sean más vulnerables a todo tipo de ciberamenazas: ataques ransomware, acoso a través de Internet, robo de datos confidenciales de los estudiantes, etc. Los ataques son cada vez más sofisticados, por lo que a los equipos de TI les cuesta más dinero y esfuerzo defenderse. Además, es importante proteger la red de usos indebidos. La creación de perfiles de usuario permite a los equipos de TI determinar quién puede acceder a qué y cuándo. Así, pueden, por ejemplo, restringir el acceso a Internet durante los exámenes.

Desde Beta Sánchez Telecomunicaciones tras un severo análisis basado en nuestras experiencia, creemos que las prioridades de la educación pasan por una serie de puntos clave:

  •          Mejoras de la infraestructura de red
  •          Una mayor protección de los datos de los estudiantes
  •          Una gestión y un análisis de datos más avanzados
  •          Políticas de ciberseguridad robustas